Quiero explotar y vestir esta oscura realidad de colores que nunca he visto. Me desvisto en estas rimas pero nunca es suficiente, siempre hay escondido que me hace no estar presente. Miedo a dejarme llevar, miedo a volver a la locura y no recuperar el juicio. Quizás son mis prejuicios, quiero ser libre, quiero ser. Me miro en el espejo y me alejo, no sé a quién veo en el reflejo. Me gustaría subir una escalera y que nunca acabe, que nadie me pare, sino volveré a perder el sentido de la vida. La tristeza se acomoda en mi garganta, tiene algo que decir pero a ver quien lo aguanta, me arde el pecho y en la boca del estómago clavame mil puñales, aún así estaré insatisfecho. Soy como una bestia feroz que a sí mismo se debora pensando en por qué existen las horas. El tiempo mata y pensarlo me ata, no hay nada que pueda sacarme de aquí, como escapar del cielo si estás en el aire y te acercas al suelo. Convertirme en mar, ese es mi deseo, no pensar y dejarme llevar. Pero aquí estoy siempre discutiendo entre lo que no acepto y lo que siento. Soy mi propia cárcel y a la vez todos los presos, a veces deseo que me revienten los sesos otras simplemente que me maten besos. Soy pasión y depresión, no hay quien lo aguante. Quiero verte pero aún teniendote al lado te siento muy lejos. Me da pánico la soledad y no sé salir de ella. Si hay alguien que me entienda que cuando se me apague la vela encienda para salir de este lugar que me confunde y me hunde pero es mi hogar.