Corazón esmeralda Atravieza mis suspiros, sus afectos son soplidos. Diluidos dialectos, tengo dolidos ronquidos. Dentro de mi aura, me siento al lado y se pone rara. Doblado y con tres caras. Estirando mi piel destrozado en cien partes, no compartes el mañana. Doradas cabelleras, enredaderas, igual que el Sahara, impredecible, lucible, sos paisaje del Sabana. Mas cálido que incendio tropical, forestal, tenerlos, tenerte cerca. Sin poder detenerte, por consiguiente te me alejas y yo en la espera. Es la tundra que congela, las penas me enervan. Van, mis sentimientos en estepas, en la selva, pensamientos me despiertan. Mis hombros te aconsejan, poca gente que te entienda, que me entiendan. Tus rubores ahora tiemblan. Cielo grisáceo, negruzco, brusco epitafio. Veo en tus iris, rigores, rumores, que transmite y siempre omites. Sos colores del Arcoíris que vomite. Pensando que soy prioridad, me esfumo como fotos no te valgo en verdad. Quiero tatuarte el alma, con felicidad, con una palma que te sane la crueldad. Sin embargo desvarío, viendo tu rimel corriendo en un río. El tiempo se me escapa de las manos. Descalzo, caminando en tu tacto son como clavos. Pretendía otorgarte algo que sería remediante para que rías noche y día. Patéticas fantasías, me protegías cuando mentías y yo no sabía, me decías que sino te jusgaría. Te sigo estimando, me sigo lastimando, pensandote, sigo amando. Yo sólo, sólo deseo no estar sólo. Me gustaría tener tú compañía con sonrisas tal cual brisas. Memorias deformes, extraño esas risas sin indiferencias fijas. Lo siento, lamento el tormento, por todo el dolor que pude provocar. No hay mucho que pueda hacer para arreglar, se que mi presencia suele fastidiar. Te fallé, seguro en el futuro te voy a fallar, me fallas, fallaste y me fallarás. Sin antídoto que pueda curar, calmar este ardor. Cualidad que distingue al trivial desesperar del inexperto amor.