Ya ni me acuerdo, del objetivo, por el que tanto luché. Ya no siento, mis latidos, emocionados por alcanzar lo que anhelé. Ese sueño infantil que ha quedado en el olvido. Han hecho que mi antiguo ser quedase destruido. Tanto esforzarme en vano, y no cumplir mi cometido. Dime ¿Para que he luchado? Si todo lo he perdido. Mi camino se ha oscurecido. Y esa luz que tanto yo perseguía ahora se ha ennegrecido. Aquella motivación, poco se ha ido. Y ha dejado de mi alma, solo un cascarón vacío. Quien diría, que aquella niña repleta de sueños. Aquella que siempre a su labor ponía empeño. Que siempre se esforzaba por todo, aunque sea pequeño. Esa niña solo se quedaría como un recuerdo. "Estoy cuerdo" es lo que me dice mi cerebro. Pero me niego a creer que es un adiós, no un hasta luego. Una enfermedad maldita, que ha acabado conmigo. Esa llamada "crecer, madurar" y he perdido. La esencia que me caracterizaba. Ahora solo me pasó mis días tirada allí en mi cama. Haciendo mil reflexiones que no me llevan a nada. Y sacando conclusiones, que solo cuento a la almohada. Cada segundo pasado, cada minuto perdido. Jamás los recuperare, pero se han quedado conmigo. Ahora ya maduré, mi niñez ya ha pasado. Y siento como si la vida, solo diera malos tragos. Por qué a mí nadie me dijo cuesta ser adulto? Lo entiendo, lo comprendo, pero esto es un insulto. Ahora soy un estorbo, solo soy un simple bulto. Que si desapareciera lo sustituirá otro inculto. Alguien tan reemplazable, simplemente lamentable. No he sabido adaptarme, y cuando lo hice fue tarde. Por qué tardé tanto en darme cuenta que soy desechable? Que no soy nadie especial, ni irremplazable para alguien. Quise creerme importante, y cuando de verdad lo fui. No supe lo que tenía, hasta que al fin lo perdí. He sido testigo de la mentira, la hipocresía. La aprendí, y la usé cuando menos lo debía. Yo comprendo, que todo ha sido culpa mía. Pero algo en mi interior sigue gritando cada día.