Por dónde empiezo si yo soy el final, tal vez lo que yo escribo sea instinto para el animal, sueno distinto, lo sé y lo canalizo, si izo mi bandera es porque todo lo analizo. Quiso la vida que mis pies fueran cadenas, quise pintar mis alas en papeles que se desordenan y alzar el vuelo, volver a sonreír como cuando éramos críos con la vida por venir. Somos esclavos de nuestros propios actos, ni el cálculo es exacto ni el mejor llega más alto, ni el día es soleado ni la noche tan oscura, ni el río es tan vacío ni es tan grande mi locura, nada me cura, ¿qué quieres, inyectarme? Solo con esparcirme y regalarme cojo altura y desde aquí lo veo todo más borroso, es dura la caída cuando no hay agua en el foso, derribo el muro, decido lo que juro, yo con mi descaro y esta soledad que apuro, me vuelo con el humo y condenso la habitación, cada vez que escribo un verso se acelera el corazón. Subo, sin escalera que me guíe pero subo, no sé si me evaporo, soy el oro que él no tuvo, la vida es Viento y se lleva las nubes y el alma, la vida es sueño y se sueña de noche en mi cama.