A veces con el mundo, a veces caminando por el arcén sin rumbo. Cómo sé qué es lo correcto, si cuando lo siento es sólo un momento, me muevo por impulsos, y termino cagándolo todo de nuevo. Estos sentimientos, ojalá arrancarlos, de qué me sirven si causan tantos estragos. Ya me he cansado, de intentar entenderlos tanto, y que nadie intente entender nada de lo que hago. Las huellas se han perdido entre marea y marea, y yo mientras flotando sin ayuda de fuera, ojalá acabara todo, suena tan simple eso de dejar ir, pero tan difícil al mismo tiempo. Inspiro y espiro entre tanta mentira, ojalá expirar y dejar de sentir las flechas, como manzanas podridas. Escribo porque me ayuda, y a ti te ayuda que comparta lo que escribo así te sientes comprendido, somos piezas de un puzzle que encajan por momentos, no somos eternos, sólo somos el presente y los recuerdos. ¿Y si sé que lo mejor es dejar ir al corazón, y agradecer que estoy viva y tengo comida y que duermo bajo mantas en mi colchón ? ¿Por qué insisto en sufrir, por qué siento que no hay nada cuando tengo todo lo que debería hacerme sonreír? ¿Por qué saboteo el tiempo que tengo, haciendo tanto por otras personas, que sí, que me nace y lo vivo, pero a veces tanto dar termina ahogando el vaso y rompiendo el vidrio? Las preguntas no cesan de vagar por mí cabeza. De dónde somos, a dónde vamos, quién se queda cuando no hay luz y está todo oscuro fuera. Y sé que soy de mis amigos que me abrazan, y me río, y sé que voy por este río que me lleva, y yo confío, y sé que caigo, y tengo frío y sé que el fuego dará luz a mis miedos, pero casi que prefiero seguir llena de hielo. Vivía de ilusiones, como vive un niño, la magia sin trucos, el corazón sin cercos y la razón de personaje secundario. He escrito un libro en el que no me reconozco, y no he cambiado, pero he evolucionando tanto, que ya no sé si soy quien era, o sigo siendo, o habrá aquí dentro algún detalle que me recuerde quién soy yo, y si vale la pena seguir luchando a pesar de tanto viento. A veces con el mundo, a veces caminando por el arcén sin rumbo. Cómo sé qué es lo correcto, si cuando lo siento es sólo un momento, me muevo por impulsos, y termino cagándolo todo de nuevo. Estos sentimientos, ojalá arrancarlos, de qué me sirven si causan tantos estragos. Ya me he cansado, de intentar entenderlos tanto y que nadie intente entender nada de lo que hago.