Temiendo a algo, un sentimiento que solo me invadía de miedo. Soñando algo, pero no quererlo soñar despierto me levantaba de la cama mentalizando el futuro pero conviviendo con el presente. No me daba cuenta, lo que tenía era algo más precioso que cualquier otra cosa, la perla más sagrada pero también inalcanzable, perteneciente a faraones a dioses ancestrales. Yo parado frente a la torre más sagrada, inalcanzable, también inaccesible por sus puertas oxidadas y los guardias peligrosos, asesinos de hombres soñadores. Hombres soñadores no entren ahí! Es el consejo que se les da, grandes variaciones de múltiples intentos, grandes variaciones de derroteros de hombres soñadores. No! No me he de rendir Si! Si he de continuar Avanzando sin miedo a herir Sin miedo a herir al destino fracturado e indeciso Dispuesto a terminar con ese destino y crear el mio Si he de morir, si he de morir será mejor estar alegre Poder gritar y encarar, encarar al destino y reírme, de que pude vivir Pude vivir a mi modo, junto al diamante más sagrado Caí, me levante y continúe Pensar que tuve piel cicatrizada por valiente más no intacta por cobarde Eso, eso es lo que vale Tropiezo tras tropiezo tuve que aprender a volarlos, evolucionar Evolucionar para avanzar más simple y terminar Terminar, exterminar cada mal momento con mi diosa, mi joya, mi inspiración. ¿Quien dijo que el camino sería fácil? Las heridas solo te dejaran la marca del error no de derrota La vida es corta para estar con miedo a pelear y cruzar las puertas grandes y oxidadas Oxidadas por que nadie se atreve a cruzarlas Nadie las cruza por miedo a los guardias, Asesinos de los hombres soñadores Hombres que prefieren ser cobardes y no valientes.