jungla urbana
M Lethal BangerEn las calles donde el asfalto arde, donde los sueños son monedas en alarde. Entre sombras y luces, mi historia se teje, versos afilados, la vida se refleje. En el rincón de la ciudad donde el tiempo se congela, resuena mi voz, como una secuela. Letras cortantes, como cuchillas en el aire, mi historia se entrelaza, difícil de desentrañar. Caminando entre líneas de esta realidad cruda, donde el dolor es moneda y la esperanza se escuda. Ritmo implacable, latidos en cada palabra, un rap que surge desde el alma macabra. En la esquina donde la noche conspira, rimas afiladas como navaja que inspira. Mi voz es la tormenta, el rap es mi rayo, en la jungla urbana, yo soy el desmayo. Así fluyen las palabras, como ríos de concreto, en cada verso mi verdad, un relato completo. Entre beats y susurros, mi esencia se desata, en este rap que nace de la vida desgarrada. Bajo neones parpadeantes, mi historia se despliega, en cada callejón donde la realidad no juega. Soy el eco de los silencios, la voz del desencanto, en el laberinto urbano, persigo mi canto. En el corazón de la urbe, donde el humo se eleva, mis palabras son balas, la lírica que quiebra. En el espejo del pavimento, reflejo mi lucha, cada verso es un golpe, cada estrofa una trucha. Con el peso de la noche sobre mis hombros, cruzo las esquinas donde el frío se asombra. Rimas que son cicatrices, marcadas en el pavimento, en este rap, mi esencia es fuego, mi voz es viento. De barrio en barrio, como un lobo errante, mis versos son graffiti en la ciudad vibrante. Retrato la realidad cruda, sin filtros ni mentiras, en cada compás, la vida se transfigura. Así sigo rimando, entre sombras y luces, mi rap es un puñal que en la noche reluce. En el asfalto escribo, con la tinta de mi instinto, un rap que resuena, un grito distintivo.
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En las calles donde el asfalto arde, donde los sueños son monedas en alarde. Entre sombras y luces, mi historia se teje, versos afilados, la vida se refleje. En el rincón de la ciudad donde el tiempo se congela, resuena mi voz, como una secuela. Letras cortantes, como cuchillas en el aire, mi historia se entrelaza, difícil de desentrañar. Caminando entre líneas de esta realidad cruda, donde el dolor es moneda y la esperanza se escuda. Ritmo implacable, latidos en cada palabra, un rap que surge desde el alma macabra. En la esquina donde la noche conspira, rimas afiladas como navaja que inspira. Mi voz es la tormenta, el rap es mi rayo, en la jungla urbana, yo soy el desmayo. Así fluyen las palabras, como ríos de concreto, en cada verso mi verdad, un relato completo. Entre beats y susurros, mi esencia se desata, en este rap que nace de la vida desgarrada. Bajo neones parpadeantes, mi historia se despliega, en cada callejón donde la realidad no juega. Soy el eco de los silencios, la voz del desencanto, en el laberinto urbano, persigo mi canto. En el corazón de la urbe, donde el humo se eleva, mis palabras son balas, la lírica que quiebra. En el espejo del pavimento, reflejo mi lucha, cada verso es un golpe, cada estrofa una trucha. Con el peso de la noche sobre mis hombros, cruzo las esquinas donde el frío se asombra. Rimas que son cicatrices, marcadas en el pavimento, en este rap, mi esencia es fuego, mi voz es viento. De barrio en barrio, como un lobo errante, mis versos son graffiti en la ciudad vibrante. Retrato la realidad cruda, sin filtros ni mentiras, en cada compás, la vida se transfigura. Así sigo rimando, entre sombras y luces, mi rap es un puñal que en la noche reluce. En el asfalto escribo, con la tinta de mi instinto, un rap que resuena, un grito distintivo.
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